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Hoy se ha producido un hecho muy desgraciado. Durante la exhibición que celebra cada mes la Fundación Infante de Orleans, un avión del tipo HA-200 ha tenido un accidente. Desconozco qué ha ocurrido con exactitud. Sólo sé que el avión se ha estrellado en Cuatro Vientos y que el piloto, aunque grave, estaba con vida tras el accidente. Me enteré de lo ocurrido mientras redactaba un artículo para el blog, pero dadas las circunstancias he decidido aparcarlo durante unos días y sustituirlo por este otro.

Quienes no la conozcan han de saber que la Fundación Infante de Orleans (FIO) mantiene una colección de aviones históricos en estado de vuelo. El primer domingo de cada mes, si el tiempo no lo impide, realizan una exhibición en el aeródromo de Cuatro Vientos en la que los aerotrastornados podemos contemplar en el aire aviones que forman parte de la historia de la aviación, aeronaves que en su día estaban a la cabeza de la tecnología de la época y que hoy estarían destinadas al desguace y a los libros de Historia si no fuera porque hay entidades, como la FIO, que se empeñan en mostrárnoslas tal y como eran en su día y haciendo aquéllo para lo que fueron diseñadas: volar.

De entre todas las aeronaves de la colección una de las joyas era la que hoy ha sufrido el accidente: el Hispano Aviación HA-200 Saeta. Un avión que ocupa un puesto muy especial en la Historia de la aviación española. Fue el primer reactor producido en España y también el primer éxito de exportación (aunque tímido) de la aviación española. Podemos admirar su estampa en la foto adjunta, que tomé hace unos meses en otra de las exhibiciones de la FIO.

Saeta

Fue en 1952 cuando se planteó el diseño de este aparato, que aunque realizado en España, contó con una importante ayuda exterior: el equipo de diseño trabajaba con toda una estrella, como era el profesor Willy Messerschmitt, que se había hecho célebre con la fabricación de aviones de caza durante la guerra mundial. El célebre Messerschmitt Bf 109, que cimentó la superioridad aérea alemana durante la primera parte de la guerra o el Me 262, primer caza a reacción de la Historia, habían salido de los talleres del ingeniero alemán.

En 1955 voló el primer prototipo. Se trataba de un birreactor monoplano, de ala recta y tren triciclo retráctril. Contaba además con cabina presurizada, lo que era una novedad en la aeronáutica española. El avión se presentó en Le Bourget en 1957 y causó buena impresión, tanta que incluso se logró exportar el avión a Egipto, país que fue, junto con España, el único que usó el Saeta.

La misión principal del avión era el entrenamiento, pero también podía emplearse como avión de ataque a tierra y así se hizo durante el conflicto del Sahara en los años 70. Por entonces el Saeta vivía sus últimos años puesto que serían retirados del servicio entre 1980, aunque las versiones más avanzadas (HA-220 Super Saeta) aun resistirían un año más en servicio. El avión sería sustituido por el C101, que sigue siendo el avión que utiliza el Ejército del Aire como reactor de entrenamiento y que también tendría la oportunidad de ser exportado, esta vez a Jordania, Chile y Honduras.

El Saeta tuvo la mala suerte de nacer en un momento muy difícil para España. Los proyectos para construir aviones derivados de su diseño quedaron aparcados por los ajustes económicos, pero para entonces el Saeta ya había ganado un hueco en la Historia de la aviación española.

El accidente de hoy es un duro golpe para los amantes de la aviación y sin duda también para quienes se esfuerzan, como la FIO, en conservar viva la memoria de los aviones de antaño. Quisiera pedir a los que léeis este blog que dediquéis un momento a la memoria del piloto, del que me acaban de decir que ha fallecido, y que apoyéis en lo posible a esa Fundación cuyos miembros pasan ahora mismo por unos momentos tan difíciles.