Cómo pasa el tiempo; este blog ha cumplido ya diez años y todavía sigue en activo. Cuesta creer que haya llegado a su primera década, puesto que empecé a escribir sin demasiadas expectativas, y también cuesta creer que siga activo, ya que últimamente le dedico muy poco tiempo, demasiado poco.

No puede ser de otro modo, puesto que la vida impone sus reglas y las circunstancias cambian: hace diez años, por ejemplo, no estaba tan involucrado como ahora en determinadas actividades profesionales que ocupan buena parte de mi tiempo. Además, con 149 entradas publicadas hasta la fecha no siempre es fácil encontrar un tema novedoso sobre el que escribir. El resultado es que en 2019 apenas publiqué cinco artículos. 2020 fue algo mejor, puesto que escribí diez, en una demostración de que verse encerrado a causa de una epidemia de alcance mundial estimula la creatividad, pero en 2021 apenas llevo cinco entradas publicadas.

Por otro lado, el goteo de visitas no se detiene, pese a la poca actividad: en 2020 rebasaron las 8.000, una media ligeramente superior a las 20 visitas diarias. No es gran cosa, la verdad, pero demuestra que los artículos tienen interés aunque haya pocas actualizaciones. En cualquier caso el número de visitas no me importa demasiado: confieso que no escribo para ganar lectores sino para entretenerme.

De manera que, visto lo visto, ¿qué importa si hay pocos artículos nuevos y las visitas son reducidas? Lo que importa es que de vez en cuando encuentro el tiempo y la energía para contar algo nuevo y mientras tenga un mínimo de ambas cosas el blog seguirá vivo. Feliz décimo aniversario, por tanto.